domingo, 12 de febrero de 2012

Perdió la presidencia ganó el Nobel de literatura

]Efemérides y saldos[


Perdió la presidencia, ganó el Nobel de literatura
Alejandro García

La literatura es una hija tardía de ese quehacer primitivo, inventar y contar historias, que humanizó a la especie, la refinó, convirtió el acto instintivo de la reproducción en fuente de placer.
Mario Vargas Llosa

El 7 de octubre se ha dado a conocer que Mario Vargas Llosa ha ganado el Premio Nobel de Literatura 2010. Esto sucede 20 y 28 años después de que se le concedió al mexicano Octavio Paz y al colombiano Gabriel García Márquez, otrora compañero de ruta del autor de Los cachorros. Es el décimo primer escritor de lengua hispana en recibirlo (José Echegaray y Eizaguirre, 1904; Jacinto Benavente, 1922; Gabriela Mistral, 1945; Juan Ramón Jiménez, 1956, Miguel Ángel Asturias, 1967; Pablo Neruda, 1971; Vicente Aleixandre, 1977; Camilo José Cela, 1989 completan la honorable lista)
Autor precoz, nacido en 1936, a los 27 años obtiene el Premio Biblioteca Breve por La ciudad y los perros. En 1967 obtiene el Premio Rómulo Gallegos por La casa verde. Es el año de la aparición de cien años de soledad y curiosamente el que algunos autores encuentran el punto más alto de la novelística del boom. Conversación en la Catedral es una crítica despiadada a la dictadura de Odría, en donde la técnica faulkneriana alcanza un refinamiento verdaderamente notable.
En la década de los 70 Vargas Llosa tiene su primera etapa de relajamiento, aunque sin dejar de aportar a la estructura narrativa. Son de este periodo Pantaleón y las visitadoras y La tía Julia y el escribidor. En la primera hace una cáustica crítica a las fuerzas armadas y en la segunda revitaliza la historia de amor, incorporando el informe burocrático y el radiodrama a la mejor novela.
En los 80 regresa a la temática social con La guerra del fin del mundo, memorable novela sobre Antonio Conselheiro, el iluminado de Canudos. Con ella no sólo dialoga con la novela del siglo XIX sino que actualiza el fenómeno social del mesianismo. Se incluyen aquí polémicas novelas como La historia de Mayta, ¿Quién mató a Palomino Molero? Lituma en los Andes y cierra con ese portento dedicado al dictador Trujillo en La fiesta del chivo (2000).
De nueva cuenta encontramos un periodo de aparente descanso en novelas como Elogio de la madrastra, Los cuadernos de don Rigoberto y Travesuras de la niña mala. También en este periodo se puede percibir un Vargas Llosa alejado de la realidad latinoamericana. Se sabe que ahora prepara una novela sobre el Congo.
En el ensayo el escritor peruano, nacionalizado español, ha ejercido una constante labor de revelación de otros escritores: La orgía perpetua ha sido reconocida por los europeos como una obra que descubre rasgos esenciales de la prosa de Flaubert en Madame Bovary. Su ensayo sobre García Márquez, Historia de un deicidio, contribuyó a fraguar la fama y las claves de lectura del autor de Macondo. En los últimos años publicó El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti, en donde nos acerca uno de los escritores más incómodos de Latinoamérica. Su labor de diálogo con la obra de Arguedas es no sólo notable, también es generosa. Podría agregar además sus palabras a favor de un mal ciudadano pero extraordinario escritor como Celine.
Decía líneas atrás que la vida de Vargas Llosa ha sido exitosa, ha recibido los premios Cervantes y Príncipe de Asturias, y en días pasados le fue otorgado el Doctorado Honoris Causa de la UNAM, grado que ha recibido de alrededor de 20 universidades del mundo.
Vargas Llosa ha sido un radical en lo más importante para él, la literatura. Él ha reconocido lo que representó en su formación la polémica entre Sartre y Camus, y partiendo del primero terminó en franca coincidencia con el segundo. Lo esencial es la libertad. Ni siquiera la historia merece el sacrificio de la libertad y de la dignidad del individuo, mucho menos las estructuras de poder o una felicidad que se promete y que en la práctica cada vez se sacrifica más.
Cerca de los existencialistas y de los escritores de la generación perdida, ha sabido combinar esto con la realidad que ha vivido y analizado y ha construido mundos que nos permiten ver nuestra realidad más allá de las propias opiniones de Mario Vargas Llosa, quien en sus novelas es rebasado por la congruencia de esos universos imaginarios fraguados con la plasticidad del mejor español, un español que tiene la base peninsular, pero que ha incorporado el mundo del mestizo y del indígena.
Vargas Llosa perdió la presidencia del Perú ante Fujimori. Había ganado la primera ronda y su rival arrancó de un 10 por ciento de aceptación. Su vida política no ha sido tan afortunada como la literaria. La pragmática lo derrotó, será que no se lleva con la ética. Perdió la presidencia, ganó el Nobel.

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