lunes, 6 de febrero de 2012

Homosexualidad y elegía de la belleza



]Efemérides y saldos[


Homosexualidad y elegía de la belleza
Alejandro García

Es la belleza la que nos enseña a permanecer resueltamente en la imprecisión de la vida.
Ahora puedes comprender que la belleza es cautiva de la sensualidad, de la vida, y que, en la medida en que nos enseña a no creer más que en la exactitud de la sensualidad, tiene para el hombre algo de moral.
Yukio Mishima



La novela El color prohibido de Yukio Mishima fue publicado en su primer volumen en 1951. En 1954 apareció completa. Por primera vez se traduce al español (Madrid, 2009. Alianza, 558 pp). Versiones en otros idiomas han sido podadas debido a la irrupción de densas reflexiones que enfrían el desarrollo de los acontecimientos. La edición inglesa de 1968, además de los recortes, elimina un capítulo completo.
Shunsuké Hinoki, escritor japonés de 65 años, asedia a Yasuko, hermosa y discreta. Al seguirla a un lugar de descanso conoce a Yuichi Minami, “era un joven de sorprendente belleza. La seducción que se desprendía de su cuerpo era suave, casi dubitativa, y evocaba no tanto una estatua griega de la época clásica como un Apolo esculpido en bronce de la escuela del Peloponeso” (p. 36), quien no tarda en confesarle su homosexualidad y la condición incómoda que vive con la muchacha.
Shunsuké propone a Yuichi que se case con Yasuko y que lleve una vida paralela en donde pueda dar salida a sus prácticas sexuales, a cambio de medio millón de yenes. Se despliegan la condición del escritor, feo, fracasado en su relación con las mujeres, la tercera esposa se ha suicidado con su amante ante el temor de convivir de por vida con el viejo. En el artista convive el fracaso y la fealdad de la vida con la forma que toman sus obras, célebres, consignadas en obras completas en varias ediciones. El escenario se completa cuando aparece la belleza de Yuichi.
Éste, por su lado, huérfano de padre, condición económica aceptable, alumno universitario, aceptará el desafío y mientras elude lo más que puede el lecho conyugal, se traba en relaciones sexuales con jóvenes que asisten a bares y cafés de la posguerra japonesa, con adultos de altos ingresos y con mujeres que están ligados a estos círculos, como es el caso de la señora Kaburagi, quien alguna vez ha chantajeado a Shunsuké a propósito de una relación sexual descubierta y que queda prendada de la belleza de Yuichi, quien además tenderá sus redes para atrapar al marido. Cuando ella los descubre empieza a desenlazarse la novela, aunque el verdadero clímax sucede cuando un “padre” adoptivo decepcionado manda sendas cartas a la madre y a la esposa, ahora madre de una niña, enterándolas de las actividades de Yuichi. La señora Kaburagi salvará la reputación de Yuichi ante los ojos de esposa y madre, pues más manejable será confesar que él es su amante a que es poseído por cerca de un centenar de homosexuales de la época.
A pesar de la sordidez de algunas escenas, nada explícitas sexualmente por otro lado, la novela tiene un final feliz. Al darse cuenta de su fracaso, el escritor habrá de dejar a la belleza a merced de la vida, pero ya la ha tocado y ya la ha hecho forma en sus novelas, así no quede satisfecho con su propia vida. La novela se orienta así a la aventura, a la iniciación, Yuichi saldrá inocente, conservando su belleza, pero habrá hecho en su interior operaciones que lo han convertido en un ser humano que ha pasado la prueba. Sin duda, tendrá la opción de volver al redil, para las buenas conciencias y amantes del blanco y negro, o de persistir en su búsqueda sexual, pero se ha quedado con el medio millón que pretendía devolver y con diez millones más que le ha dejado en herencia Shunsuké. Yuichi tiene el escenario puesto para emprender lo que quiera.
El color prohibido, expresión que en japonés se refiere al amor prohibido, al amor homosexual, es una novela temprana en el tema, tanto en el país de origen como en el desarrollo de la narrativa del siglo XX. Me sorprende la solvencia con que Mishima trata el tema, armado de una buena anécdota y de un discurso que si bien mata la acción no deja de justificarse en cuanto a la disonancia cognitiva que se plantea en la sexualidad de Yuichi y en la conducta de Shusuké. Lejos de novelas sentimentaloides, morbosas o estridentes, Mishima aborda el tema sin temores. Es la historia de un homosexual exitoso, que sale de la tundra pegajosa de la moralina, es ciertamente la elegía a la belleza, la cual termina cautivando al gran perpetrador, el escritor se confiesa enamorado de la belleza de Yuichi, el gato ha sido atrapado en su propia madeja.

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