sábado, 13 de julio de 2013

Ardor, dureza y suavidad de la iguana

]Efemérides y saldos[


Ardor, dureza y suavidad de la iguana
Alejandro García

“Aquí nadie puede hablar mal de las iguanas”, lo interrumpió Greg Maxwell, “han sido la bendición de este pueblo pintoresco”. “Anoche forniqué con una”, dijo Burton y se corrigió. “Ella. Ella fornicó conmigo. Una iguana es una iguana es una iguana…”
David Martín del Campo


En No desearás. Novelas de ebriedad fornicación y olvido (México, 2012, Alfaguara, 271 pp) nos enfrentamos a dos historias hábilmente engarzadas. En la primera nos adentramos en la Vallarta de los años 60, apenas un caserío de pescadores, a donde llega un grupo de norteamericanos encabezado por John Houston a la filmación de la película La noche de la iguana basada en la obra de Tennesse Williams. Se escogió la playa de Mismaloya. La novela de David Martín del Campo sigue a Ava Gardner, una actriz que en los descansos del rodaje bebe, purga o disfruta sus divorcios y todas las noches recibe la visita de dos pescadores mexicanos que han venido con ella desde Acapulco y la toman sexualmente todas las noches en riguroso orden y horario, Roberto el Guango y Manuel el Seco. También desembolsa diariamente 100 pesos para sus garañones.
El otro foco de tensional es el de la relación tempestuosa entre Elizabeth Taylor y Richard Burton. El drama de la película se corre a la vida real, el sacerdote poseído por los instintos corre como Richard Burton por los senderos que llevan a las residencias exclusivas que habitan. Están ya las reyertas, los celos, el alcoholismo del  actor y el vaivén de la mujer de ojos color violeta. Se da pues un singular tránsito de la vida de los actores a los personajes que representan. Pero obviamente sabemos que son vistos desde la novela de Davíd Martín del Campo y a mitad de la obra sabemos que son producto de otra novela, de allí que los pliegues de la ficción terminen con las reglas de la realidad y lo que queda es una discursividad desde diversos puntos de enunciación y desde intereses muy diversos.
No desearás. Novelas de ebriedad fornicación y olvido toca puntos importantes sobre la vida de esa industria monstruosa que se llama Hollywood y que en la novela todavía permite la presencia del cine nacional a través de Emilio “Indio” Fernández y Gabriel Figueroa, pero nuestro  cuando cine ya iba en picada. No así el cine norteamericano y sus figuras:

De modo que, les anunció, perfectamente se podían matar unos a otros; pero eso sí, después del último día de rodaje. Y es que Deborah Kerr viajaba con su esposo, Peter Viertel, que había sido amante de Ava Gardner, que había sido amante de John Houston en 1956, que había cortejado a Liz Taylor, que era amante de Richard Burton, que era pareja fílmica y de parrandas de Ava Gardner, que había sido amante de Howard Hughes, del torero Luis Miguel Dominguín, de Clark Gable, y exposa de Mickey Rooney y Frank Sinatra, quien ahora salía con Laureen Bacall, que había enviudado de Humphrey Bogart, quien fuera el mejor amigo de John Houston. El mismo infierno, desde dentro.

Esta verdadera nave de locos que navega en busca de representaciones en pasajes  exóticos, en paraísos que acaso sólo contribuyen a corromper prosigue su carrera en pos de la gloria. De cualquier manera la iguana hollywoodesca llegará para quedarse y será una parte del ancla de millones de turistas que convertirán Vallarta en uno de los principales lugares de vacaciones. Allí estarán las residencias como testigos reciclados de tan famosos personajes.
La segunda historia es la búsqueda  del novelista Peter Cobb por parte de la periodista Fara Berruecos. Ella acaba de ser operada para reducirle los pechos y su matrimonio vive en la crisis permanente. Años atrás ha conocido a Cobb, autor de fama debida a su novela sobre la estancia de los norteamericanos durante la filmación de La noche de la iguana, y han tenido varios encuentros amorosos. La fama ha venido acompañada de contradicciones, de inconformidades y ha sufrido un desgaste. Cobb retorna a Vallarta en busca de una segunda parte, pero desaparece misteriosamente.
Durante su estancia en la nueva Vallarta o en la actual Vallarta entrevistará a personajes que lo mismo la llevan a la mesa del forense a reconocer a un Cobb que no lo es, que a un habitante de Vallarta que se repliega a la sierra y al parecer es un falso confidente de Cobb que nutre la versión de los hechos. Y también están las visitas al infierno que han realizado tanto como Cobb como Fara.
Y la capa de iguanas se cierra con una mujer que viaja con su esposo. Ambos se convierten en sus protectores, pero el día que ella regresa, ante el terremoto del 85 en la ciudad de México, el hombre se ahoga y ella tendrá que confesar que ambos estaban casados, pero con otras parejas y que cada año convivían como pareja ciertamente feliz.
Ésta una de muchas lecturas de la novela, predomina lo femenino de iguana, pero es indudable que se refiere a la pareja. Se necesitan dos. Dice la voz de un personaje:


¿No las has visto copular? Las iguanas son los animales más calientes del mundo. Bostezan al sol y es la señal para anunciar “quiero tener sexo”. Siempre están bostezando y siempre están, ¿cómo dicen ustedes?... cogiendo

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