]Efemérides y
saldos[
Ardor, dureza y suavidad de la iguana
Alejandro
García
“Aquí nadie puede hablar mal de las iguanas”, lo
interrumpió Greg Maxwell, “han sido la bendición de este pueblo pintoresco”.
“Anoche forniqué con una”, dijo Burton y se corrigió. “Ella. Ella fornicó
conmigo. Una iguana es una iguana es una iguana…”
David Martín del Campo
En
No desearás. Novelas de ebriedad
fornicación y olvido (México, 2012, Alfaguara, 271 pp) nos enfrentamos a
dos historias hábilmente engarzadas. En la primera nos adentramos en la
Vallarta de los años 60, apenas un caserío de pescadores, a donde llega un
grupo de norteamericanos encabezado por John Houston a la filmación de la
película La noche de la iguana basada
en la obra de Tennesse Williams. Se escogió la playa de Mismaloya. La novela de
David Martín del Campo sigue a Ava Gardner, una actriz que en los descansos del
rodaje bebe, purga o disfruta sus divorcios y todas las noches recibe la visita
de dos pescadores mexicanos que han venido con ella desde Acapulco y la toman
sexualmente todas las noches en riguroso orden y horario, Roberto el Guango y
Manuel el Seco. También desembolsa diariamente 100 pesos para sus garañones.
El otro foco de tensional es el de la relación tempestuosa
entre Elizabeth Taylor y Richard Burton. El drama de la película se corre a la
vida real, el sacerdote poseído por los instintos corre como Richard Burton por
los senderos que llevan a las residencias exclusivas que habitan. Están ya las
reyertas, los celos, el alcoholismo del
actor y el vaivén de la mujer de ojos color violeta. Se da pues un
singular tránsito de la vida de los actores a los personajes que representan.
Pero obviamente sabemos que son vistos desde la novela de Davíd Martín del
Campo y a mitad de la obra sabemos que son producto de otra novela, de allí que
los pliegues de la ficción terminen con las reglas de la realidad y lo que
queda es una discursividad desde diversos puntos de enunciación y desde
intereses muy diversos.
No desearás. Novelas
de ebriedad fornicación y olvido toca puntos
importantes sobre la vida de esa industria monstruosa que se llama Hollywood y
que en la novela todavía permite la presencia del cine nacional a través de
Emilio “Indio” Fernández y Gabriel Figueroa, pero nuestro cuando cine ya iba en picada. No así el cine
norteamericano y sus figuras:
De modo que, les anunció,
perfectamente se podían matar unos a otros; pero eso sí, después del último día
de rodaje. Y es que Deborah Kerr viajaba con su esposo, Peter Viertel, que
había sido amante de Ava Gardner, que había sido amante de John Houston en
1956, que había cortejado a Liz Taylor, que era amante de Richard Burton, que
era pareja fílmica y de parrandas de Ava Gardner, que había sido amante de
Howard Hughes, del torero Luis Miguel Dominguín, de Clark Gable, y exposa de
Mickey Rooney y Frank Sinatra, quien ahora salía con Laureen Bacall, que había
enviudado de Humphrey Bogart, quien fuera el mejor amigo de John Houston. El
mismo infierno, desde dentro.
Esta verdadera nave de locos que navega en busca de
representaciones en pasajes exóticos, en
paraísos que acaso sólo contribuyen a corromper prosigue su carrera en pos de
la gloria. De cualquier manera la iguana hollywoodesca llegará para quedarse y
será una parte del ancla de millones de turistas que convertirán Vallarta en
uno de los principales lugares de vacaciones. Allí estarán las residencias como
testigos reciclados de tan famosos personajes.
La segunda historia es la búsqueda del novelista Peter Cobb por parte de la
periodista Fara Berruecos. Ella acaba de ser operada para reducirle los pechos
y su matrimonio vive en la crisis permanente. Años atrás ha conocido a Cobb,
autor de fama debida a su novela sobre la estancia de los norteamericanos
durante la filmación de La noche de la
iguana, y han tenido varios encuentros amorosos. La fama ha venido acompañada de contradicciones, de
inconformidades y ha sufrido un desgaste. Cobb retorna a Vallarta en busca de
una segunda parte, pero desaparece misteriosamente.
Durante su estancia en la nueva Vallarta o en la actual
Vallarta entrevistará a personajes que lo mismo la llevan a la mesa del forense
a reconocer a un Cobb que no lo es, que a un habitante de Vallarta que se
repliega a la sierra y al parecer es un falso confidente de Cobb que nutre la
versión de los hechos. Y también están las visitas al infierno que han
realizado tanto como Cobb como Fara.
Y la capa de iguanas se cierra con una mujer que viaja con
su esposo. Ambos se convierten en sus protectores, pero el día que ella
regresa, ante el terremoto del 85 en la ciudad de México, el hombre se ahoga y
ella tendrá que confesar que ambos estaban casados, pero con otras parejas y
que cada año convivían como pareja ciertamente feliz.
Ésta una de muchas lecturas de la novela, predomina lo femenino
de iguana, pero es indudable que se refiere a la pareja. Se necesitan dos. Dice
la voz de un personaje:
¿No las has visto copular? Las
iguanas son los animales más calientes del mundo. Bostezan al sol y es la señal
para anunciar “quiero tener sexo”. Siempre están bostezando y siempre están,
¿cómo dicen ustedes?... cogiendo
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